Zona de Confort

Podría Ser un Intento

el
marzo 27, 2019

Hay veces en que el mundo se viene encima y pareciera que absolutamente todo falla: la escuela o trabajo, la pareja, la familia, los amigos, los proyectos… y pareciera que todos los sueños se derrumban y que nunca los alcanzaremos. Confieso que desde hace un tiempo ese ha sido mi estado recurrente, pues en muchos ámbitos de mi vida siento que me he estancado, que he retrocedido y que he fallado.

Podría pensar que la culpa es de los demás y puede ser cierto. Quizás tengo la mala suerte de vivir en un país que ahorita cuenta con mucha violencia gracias al crimen organizado, donde el gobierno brilla por todos los abusos que se le achacan, que la gente se ha vuelto sumamente desconfiada y agresiva, que la educación es mala, etcétera.

Podría pensar que es la culpa de personas que me han dicho mentiras dolorosas que me “han marcado”, de personas que me han agredido, de personas que me han rechazado o incluso abusado de mi buena voluntad; de personas que no han sido capaces de ver quién soy yo.

Podría pensar que la culpa es de una mala suerte, que me ha hecho vivir en circunstancias acordes que me facilitaran mi plan de vida, ya que me es muy difícil que me discipline yo misma.

Sin embargo, no me gustaría pensar en eso…

¿Por qué no pensarlo un poco diferente? Si la culpa es de los demás, significa que ¿mis sueños, mi vida y mi valía están sujetos a ellos? No dudo que haya casos en que sí, pero eso sería algo muy cómodo por mi parte, que me quitaría mi responsabilidad y, sobre todo, la capacidad de decidir. Si bien es cierto que mucha gente no es la causante de sus circunstancias, puedo ver que al menos en el entorno en el que vivo la mayoría de la gente puede elegir y eso me incluye a mí. De ahí que me gusta más pensar que puedo hacer algo para mejorar mi vida y que si las cosas no han salido como yo quiero, es porque quizás todavía no las hago de la manera adecuada en este momento.

Dicen que es más cómodo pensar que la culpa es de los demás. Sin embargo, ¿no es más fácil pensar que la culpa es de uno mismo? Pues, al dejar la responsabilidad a algo ajeno a uno, es tanto como renunciar a poder obtener los propios sueños o dejarlos al azar. En cambio, es mucho más afortunado que uno pueda forjar su destino.

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